El gobierno mexicano autorizo el racionamiento de gasolina en zonas de mayor desabasto.
Cuando un bien como la gasolina escasea quienes más la necesitan están dispuestos a realizar compras en grandes cantidades.
Mayor mente son quienes su costo beneficio les indica que perderán dinero si no lo hacen, particularmente cierto si su trabajo depende de eso, compararan cuanto van a perder por no trabajar, con el costo de pagar una fuerte suma de dinero por una cantidad de combustible que asegure su actividad económica lo mayor plazo posible, pueden incluso pagarla más cara a revendedores o incurrir en el costo de 8 horas perdidas haciendo filas en gasolineras, lo cual tiene resultados negativos para todos.
Lo que causa el racionamiento es una mala distribución del recurso, todo lo contrario a lo que el gobierno quiere lograr, ya que limita la cantidad a quien más lo valora y necesita, quienes su actividad económica depende de esto, distribuyendo a personas que pueden transportarse en otros medios sin mayores consecuencias económicas.
Las pequeñas y medianas empresas siendo las más afectadas, recordemos que estas generan 81% del empleo del país y contribuyen con el 52% del PIB.
Otra consecuencia es escasez de otros recursos, ya que se reduce la capacidad de distribución y producción de los bienes que consumimos.
Pero sobre todo, es injustificable que el gobierno se meta con nuestra libertad de comprar y vender lo que queramos, en la cantidad que queramos y cuando queramos.